POEMA VIVO
Ahora lo miro.
Me está mirando.
Me está viviendo.
Me está necesitando
como tus manos las mías.
Como el Sol otra noche
para que brille más aún
intensamente el mediodía.
Y llueve, y diluvia,
y nieva, y se llora,
y se ama, y se pierde,
y se gana, y se sale
del mundo, y se descansa
del tiempo en ese regazo
que no esbozan precisamente
ahora tus hermosas piernas
o tus arrumacos tiernos de mujer.
Ahora lo miro.
Y me devuelve sus pupilas
de amianto, rosas u otoño.
Y me vive en el nombre
y la palabra de la metáfora.
Este poema está vivo.
Y me está mirando,
me está necesitando
como tu desnudez la mía
para ser infinamente nuestros.
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