¿A QUÉ HE VENIDO?
¿A qué he venido?
¿Qué hago en este lugar
al que llaman mundo?
No lo sé, y tal vez
no toque ahora mismo saberlo.
Quizás deba ser
como el agua que nunca
se pregunta por qué corre
en los ríos o se adapta
a todas las formas posibles.
Y como la rosa
que, cuando crece,
no se pregunta si es primavera
o queda poco para que se le caigan
los pétalos en invierno.
Tan solo nace, y crece.
Así como debería yo mismo
sin preguntarme mucho
a qué he venido.
Quizás, solo a estar vivo
en este mundo
donde se muere demasiado,
a veces, antes de que se nos pare
totalmente el corazón.
¿A qué he venido?
Tal vez, sencillamente a vivir.
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