TE GUARDO EN ALGÚN SITIO
Te guardo en algún sitio.
Entre mis manos, en mi boca,
en las orillas lejanas
de algún recuerdo pretérito.
Todavía no lo sé dónde
te guardo a ciencia cierta.
Pero mi alma ahora
está llena de este viento
que recorre el silencio
como un susurro
hermosamente tuyo,
mientras callas y ausente
me gritas todavía
que nos queremos,
aunque nadie lo escuche,
y se me abre el tiempo
como un cajón de instantes
en el que conservar
alguno de los besos por darte.
Te guardo en algún sitio,
quizás ahora, en el verbo
expectante de ti
de este poema.
O en un sueño, no lo sé,
pero te guardo en algún sitio.
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