NUNCA VINIMOS, NO ESTUVIMOS
Nunca vinimos a aquel rincón
de sueños en el que la utopía
más cercana era querernos,
y teníamos entonces los labios
como puentes hacia la caricia
efectiva y tierna de amarse.
Pero no estuvimos tampoco
en aquel momento en que yo quise
que me quisieras, y solo la metáfora
supo acarrearte hasta mi vera.
Sin darme cuenta,
te habías tornado
sencillamente poesía.
De donde nunca vinimos.
Donde no estuvimos.
0 comentarios:
Publicar un comentario