ÉRAMOS INVENCIBLES
Éramos invencibles. ¿Lo recuerdas?
Agarrábamos con fuerza el viento
en un abrazo que siempre nos mecía,
aunque estuviese poblado de ausencia,
cuando faltaba la boca en un beso.
Surcábamos el mar desde nuestras pupilas
siguiendo las corrientes oceánicas
de nuestra ternura transparente,
y de cuando en cuando pinchábamos
la luz de alguna estrella
de cuyo brillo bebían nuestros iris,
y tomábamos prestado otro mediodía.
Y dábamos la vuelta a la utopía,
mientras dejábamos de soñar
con un poema que acababa siempre
escribiéndose en nuestros labios,
encadenados dulcemente al cariño.
Éramos invencibles. ¿Lo recuerdas?
Tanto que entre nosotros el tiempo
tenía cura de infinito,
cuando nos amábamos.
Y solo llovían ganas desde el mundo.
Ganas de estar con nosotros.
Entonces, éramos tan invencibles.
¿Aún lo recuerdas?
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