LA VIDA SIENTE
El agua del estanque
se contorsiona con la lluvia.
El sauce llora tiernamente
al compás de una brisa.
El bosque y sus árboles
se encienden con la mirada
atenta de la luna
al morir la tarde.
Y al llegar el ocaso
a los muelles últimos del día
en mi recuerdo atraca tu nostalgia
pasajera y nocturna
como una costumbre de besos
que no llega a mis labios.
Yo siento. La vida siente.
Y pese a algunas tristezas,
me alegro mucho de algo:
estoy vivo. Y siento con ella.
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