EL IDIOMA DE MI QUERIDO GATO
Me observa paciente.
No puede hablarme de filosofía,
No puede hablarme de filosofía,
y mucho menos de palabras
o verbos cultos y floridos.
Sin embargo, en sus ojos
Sin embargo, en sus ojos
gualda como el Sol que siempre
parece habitar en la noche
sus pupilas misteriosas
se desvela otra maravilla más
del mundo que me rodea.
Se me abre un animal
Se me abre un animal
al que quizás no le preocupe
lo más mínimo la muerte,
y solo se le dibujen las formas
del universo en su pelambre
natural y sin atrezo.
El cosmos vive en sus ojos
El cosmos vive en sus ojos
amarillos, mientras mi silencio
amanece en su compañía,
pequeña, felina, y sincera.
Se ata los bigotes,
se relame un poco las patas.
Y sí. Me lo comenta
en un susurro imperceptible,
mientras levanta su pata
en una tierna rendición:
solo desea ser lo que es.
Solo desea ser gato.
Y yo quiero que me siga
observando como guardián
paciente y nocturno de la estancia
de mi casa y ahora también
de mis emociones.
Mi gato, mi querido gato.
Si hablaras ya contarías
filosofía al mismo Platón.
Mi gato, mi querido gato.
Mi gato, mi querido gato.
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