PAZ. SENCILLAMENTE PAZ
No quiero solamente
que se acaben las bombas,
y se dejen de llenar las calles
de escombros y ausencia
con excesivo rostro humano.
No quiero eso solamente.
Quiero que me sepan dulces
las granadas si puede ser,
y solo se desangre en mis labios
su tierno sabor de fruta.
Quiero que las balas
se conviertan en besos,
y el cielo no se pueble más
de un humo descarnado
sin más corazón que el odio.
Quiero paz en el alma,
y que en la ciudad no ladre tanto
el desespero y la frustración
como una manada de lobos
al acecho siempre de la presa.
Quiero paz en todas partes.
Paz, sencillamente paz.
Sin bombas. Sin maldad,
y con todo el corazón.
Paz, paz...
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