EN ESTA CASA DE TRISTEZA
En esta casa de tristeza
en la que habita la melancolía
por el cauce de mis lágrimas,
gritan demasiado los recuerdos
en un estrepitoso silencio.
Se asoma la ausencia de mi madre
en algún rincón de aquel cuarto
en el que mi hermano y yo
jugábamos a la vida,
mientras el tiempo se daba
un transitorio descanso en nuestra mirada
sin tiempo, ni sangre, ni ocasos.
Y en la estancia muda
suena el fragor de la memoria,
que me golpea cada latido
del alma como una bala de realidad
un pecho desnudo e inmaculado
que se desangra allende la piel.
En esta casa de tristeza
quiero marcharme adonde ahora
mira el mar, mientras quizás
la tierra sepa mejor que yo
en qué orilla de la memoria
rompe su silencio mi viejita.
En esta casa de tristeza
donde lo único que cabe
es este compungido poema.
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