DE NUESTROS BESOS
Venimos de los besos.
Tú, yo y quizás todos.
Desde esos puentes de cariño
hacia el deseo que tienden
los labios conjuntados
de la ternura más cierta.
Venimos de los besos.
De los besos que se dieron,
y de los que se quedaron
cobardemente sin dar.
De aquellos que pudieron ser
metáfora y rima del poema
excelso de vivir compartiendo
soledades, como los amantes.
De aquellos que pudieron ser
mar en la boca y solo son ya
nostalgia y ausencia
en unos labios secos de tristeza.
De aquellos que pudieron habitar
en la habitación del cariño,
y se quedaron quizás afuera
esperando un amor
no tan tímido y pusilánime.
Venimos de los besos.
Tú, yo y quizás todos.
Aunque en nuestro caso
los besos son algo diferentes,
porque emergemos más vivos,
y casi somos lo que queremos,
aunque ya los que fuimos
no sean más que recuerdo.
Porque quiero que vengamos
de nuevo de nuestros besos,
casi como tú, yo y quizás todos.