SOY MUY AFORTUNADO
Ahora solo puedo pensar
en lo afortunado que soy.
El corazón no solo me late:
sigue, a veces, los compases
inescrutables de la belleza
y me sale como unos versos locos
un poema como viento
que empuja un aire de mariposas.
Y en mi ciudad no estorban
los cañones la música cotidiana
de la vida, aunque no siempre
agraden muchos ruidos sin acorde.
Soy muy afortunado,
y solo puedo decirme
que ojalá todos los fueran.
Ojalá no hubiese nadie
que viese el mundo
a través de unas lentes
plagadas de escombros,
despedidas tempranas y desgracia.
Y que todas las balas
solo llevaran pólvora de caramelo,
y dijeran adiós al azúcar
de unos besos en los labios.
Yo soy muy afortunado,
y me gustaría no tener
que salir del mundo
para que todos lo sean.
0 comentarios:
Publicar un comentario