DE CONCIERTO
Ahora escucho demasiados ruidos
y demasiadas interferencias.
Tal vez, deba salirme un rato
del mundo y viajar hacia lo que dicen
mis deseos en rima asonante ahora
con lo que estoy haciendo.
Quiero que mi poesía rime
plenamente con mi alma,
aunque en ambas palabras
la consonante discorde.
Y alejarme de tanto ruido
y tantas interferencias.
Dejar que los pájaros me hablen
cada mañana de lo hermoso
que resulta sencillamente despertarse,
con la única gravedad del tiempo,
el silencio y las flores.
Y los grillos departan conmigo
de partir en barco de jardines
hacia los muelles de la tarde,
para mirarte a los ojos de noche,
y que no deje de amanecer,
mientras nos encendemos el alma.
Y la vida con nosotros brilla.
Y del ruido y las interferencias
se pasa al concierto de los corazones
batientes de quienes se aman,
y aman con ellos mejor la vida.
Y desayunan besos y abrazos
en una armonía imperfecta,
pero hermosa, de cariño.
Ahora hay demasiados ruidos,
y demasiadas interferencias.
Así que perdónenme si me retiro
a charlar con mi silencio.
Y me voy de concierto
a la música de la vida.
Tal vez, también contigo.
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