DEJAR ATRÁS LAS MALETAS
A veces, me siento pesado.
Como si mi peso fuera más.
Como si me pesara también
quintales el alma triste.
Y entonces pienso:
"tal vez, estoy cargando
demasiadas cosas conmigo".
Debería tirar el miedo
por la borda de la esperanza,
y aparcar mis incertidumbres
en el noray de mi presente.
Y, después de todo,
dejar las maletas en la última
estación del viaje si el periplo
se va tornando muy pesado.
Y emprender otro nuevo,
sin más maleta en ristre
que este momento mismo.
Dejar las maletas atrás
para empezar de nuevo.
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