Cada ruido puede encerrar siempre la más hermosa de las músicas. Solo hay que poner bien el oído, y escuchar.
Poeta del Alba
DETRÁS DE CADA RUIDO
Cuando se entiende que la vida
es lo que llega
y no lo que se espera.
Y se entiende que todo sucede
en un plan previsto del universo,
aunque, en eso del cosmos,
debo confesar algo:
muchos como yo somos profanos,
neófitos e ignorantes en una rebeldía
incierta frente a lo establecido.
Cuando sencillamente se vive,
empieza a ocurrir de verdad la vida.
Y detrás de cada ruido
se empieza a escuchar el comienzo
de una hermosa armonía.
Se empieza a ser un pez libre
de la pecera de la rutina
que se lanza algo pusilánime
a descubrir el océano de emociones
que le habían ocultado.
Y detrás de cada día gris
está por asomarse otro despejado
y cristalino como las aguas
de una bahía de sueños.
Detrás de cada ruido
siempre puede haber armonías maravillosas,
como la de un pájaro que canta
sin importarle que el viento propague
más allá de un silbido
su canto hermoso y aterciopelado.
Nos late un alma
dentro del corazón,
pero la acalla una rutina
de desconcierto y facturas.
Por eso, cuando se entiende
que la vida es lo que llega
y no lo que se espera.
Y se comprende que la vida
comienza cuando, sencillamente,
se vive sin más.
Se empieza a descubrir
que, detrás de cada ruido,
hay una música por desvelarse
del letargo de las horas muertas,
sin utopías, de la rutina mundana.
Solo hay que poner bien el oído,
alejar las interferencias
con los latidos el corazón,
y escuchar en calma el alma.
Detrás de cada ruido,
la vida canta.
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