DOMESTICAR LA LIBERTAD
La libertad no puede domesticarse
como un león en cautividad
al que se le deben cortar los colmillos
en una jaula.
Aunque, muchas veces, se le corten
las alas a una paloma
por miedo de que se vuelva un halcón.
Y ya planee a sus anchas
en el aire.
Domesticar
la libertad.
Reducir el mar
a un charco del que beber.
Cortar el vuelo, quizás
de la palabra.
lunes, 27 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario