HE MUDADO DE OJOS
He mudado de ojos.
Y es extraño observar cómo el sol
ya no dispara igual la luz
hacia la ventana.
Ahora cada día se vuelve
una catapulta de fuego vespertino
que seguir esquivando.
A la espera siempre
De que llegue otro horizonte
en que la tarde se pose más tranquila.
Y no llueva tanta primavera
transparente de la mirada.
He mudado los ojos.
Y, sin embargo, esta ciudad
sigue estancada como un punto
en el mapa que no se puede mover,
aunque con el dedo se puedan dar
veinte mil vuelta en un día
a un mundo de plástico circular.
Sólo los ojos
he mudado.
Porque sigo con la voz
enterrada en estos días
demasiado nocturnos de mi nostalgia.
miércoles, 29 de octubre de 2008
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