AHORA SE HAN QUEDADO VACÍOS
Ahora se han quedado vacíos
los asientos que ocupaban
compañeros míos de barra.
Y me he dado cuenta de algo:
la soledad no es tan mala,
cuando se sabe acompañar
del corazón, y la voz
de cada latido humano.
No es tan mala la soledad,
después del aparente vacío.
lunes, 20 de octubre de 2008
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