EMOCIÓN EFÍMERA
Se nos olvida temblar
demasiados días al año.
Las piedras, a veces, se conmueven
más que algunos roques de músculos
al ver bailar a las olas.
Y es una pena.
Es una pena que tenga
que anunciarse a golpe
de campana la Navidad
para que temblemos como lajas
resquebrajadas.
Como seres humanos que erosionan,
y tiemblan, y sienten
sólo una vez al año.
Porque no está bien, tal vez,
llenar de agua los ojos.
Cuando todo es tan perfecto.
Sólo en Navidad.
miércoles, 24 de diciembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario