NADIE ME HABLÓ DE LA VIDA
Nadie me habló de la vida
hasta que supe lo que significaba
querer pronunciarla
sin que vivir se fuera
en el suspiro de dos sílabas-
Nadie me habló de los páramos
como nadie avisa a un ratón
de la presencia de una sierpe
camuflada en la espesura.
Y en las clases nadie afirmaba
que no sólo caían cascadas de agua
del Iguazú.
Tuvo que pasar un tiempo
hasta que se me despegara
la plastilina de la mirada.
Y algunos años me llevó asimilar
que no podía cobijarme del mundo
bajo una manta. Y pensar que podía
alcanzar los sueños colgado
a lianas de tinta.
Nadie me habló de la vida.
Y ahora que empiezo a crecer
es cuando la estoy aprendiendo,
tal vez, a vivir.
miércoles, 3 de diciembre de 2008
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