DÉJAME ENTRAR
Déjame entrar despacio.
Déjame entrar a esa intriga
de saber lo que me dicen
tus pupilas penetrando
desde el alma tus ojos.
Atravesar esas ganas que recatas
tras la falda como si tendieran
puentes a algún paraíso inhóspito,
solo habitado por mis deseos
y los tuyas de querernos.
Sin llave ábreme tu tristeza,
tus indecisiones y digamos
con unos besos las palabras
que le faltan al cielo
para hacerse sustantivo en la caricia.
Déjame entrar a tu ser
para que lleguemos al fin
a nosotros mismos.
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