DULCE NAUFRAGIO
No siempre perderse
es malo, cuando juntos,
por ejemplo, salimos del mundo
y no seguimos el rumbo
hastiado del rebaño.
Cuando sube la marea
de nuestras ganas sedientas,
y nos vamos sin miedo
allá a lo lejos donde solo
hacen pie los sueños,
las nostalgias y la melancolía.
Es entonces cuando sé,
a ciencia cierta o incierta,
que resulta dulce naufragar
en tus brazos durante ese instante
en que el tiempo descansa
plácidamente de sus horas,
y la eternidad es posible
en un cálido abrazo contigo
que nos damos, a veces,
a la deriva de un hermoso recuerdo.
que nos damos, a veces,
a la deriva de un hermoso recuerdo.
No siempre irse a otra parte
es malo, cuando juntos,
por ejemplo, salimos del mundo
a que se encuentren nuestros ojos
mirándose desnudos frente a frente,
y se hallen desnudas nuestras almas
en esa bella locura increíble
a la que algunos llaman amor.
Ese dulce naufragio de quererse.
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