NADIE LO HA SABIDO AÚN
El imposible rostro de los sueños,
el sabor de la nostalgia
que se asoma a los ojos
como ese pequeño río
de tristeza que recorre
tiernamente las mejillas
hacia el mar de las ausencias.
La música de un anhelo
sin guitarras, ni silencios,
ni voces tuyas, ni mías
ni de nadie tampoco.
La forma en la que pintan
las nubes el cielo
de matrimonio o tumba
gris de lluvia o diluvio.
Y el color de los días
que amanecen en tus ojos
de otra forma a los normales
sin orden ni concierto
ni horas distintas.
No sé bien por qué
sé bien que nadie
lo ha sabido aún todo eso.
Sin embargo, mirarte
me acerca más a ese
ínfimo conocimiento del mundo
que encierran tus abrazos.
Aunque nadie haya sabido aún
el imposible rostro de los sueños
o la forma en la que puede
descansar el tiempo
de tener que pasar.
Yo te quiero.
Y eso me basta.