SUEÑOS FUGITIVOS DE DOMINGO
En este pequeño estudio
al que los ángeles no acuden
con batas como alas blancas
a curarme el desasosiego,
a curarme el desasosiego,
ahora parecen haberse ido
sin avisar algunos sueños
fugitivos de domingo.
En las ventanas se asoma
demasiado raudo el mar
que no acierta a susurrarme
su última canción
sobre la melancolía.
En la calle solo se acuesta
sobre el asfalto la miseria,
y de las nubes desciende
una extraña lluvia de besos
que no me alcanza ahora
los labios pegados
con los tuyos.
Estoy despierto,
y entre pasillos
de nostalgia,
y habitaciones de soledad
se asoman a mis balcones
de poesía otros sueños
fugitivos de domingo.
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