COMO CADA DÍA
Como cada día
no quiero que me persigan
todos los días como cazadores
silentes de mi sangre,
mis tristezas y mi tiempo.
Y busco en los recovecos
sutiles de la metáfora
algún poema distinto
a esta elegía de pasos
que se marchan como la vida
en cada pisada fuera
de los sueños.
En un anhelo cercano entonces
encuentro alguna estrofa
perdida entre los pecios
de algún recuerdo, y descanso
del mundo sin utopías un rato
en los brazos de la belleza.
Hasta que se acaba el mar
pequeño de un poso de nostalgia
o de un poema simplemente,
y mis ojos vuelven a surcar
desde la pupilas la realidad
grávida y poco ligera de la ciudad.
Entonces, como cada día
aguardo que no persigan
más los días.
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