EN ESTE CIRCO
Ahora mismo siento
que vivo rodeado
de payasos sin narices
rojas y gigantes,
faranduleros sin gracia
que hablan de economía,
sin saber que las matemáticas
del hambre no las resuelven
fórmulas deudoras de mierda,
y austeros de bolsillos ajenos.
Y no me gusta demasiado
lo que veo, debo confesar.
En este circo, el proletario
es funambulista de sus míseros
ahorros sobre el dogal
cada vez más estrecho
de una ciudad repleta
de lo que llaman "pre" parados,
desahucios y miserias
como las que ahora pasa
la patria de Poséidon,
ya sin más dios que los bancos.
Y me pregunto si vale la pena
seguir pagando por esta función,
cuando no he querido ir a verla.
Porque en este circo
de falsas economías y riquezas,
no hay muchos payasos
que den risa.
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