YO NO ESPERO AHORA
Yo no espero ahora,
que es todavía de noche,
y el galicinio se asoma
a las pupilas como si los ojos
fuesen ventanas al amanecer,
que el Sol me recuerde
cuán bella y lúcida
puede ser también la oscuridad.
Mientras moría la tarde,
seguía amaneciendo
en tus pupilas
mientras las miraba.
Y aquí sigue el mediodía.
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