NUNCA ES TARDE
Nunca es tarde para la lluvia
cuando cae para mojar de belleza
y primavera la tierra
en cualquier rincón del mundo.
Tampoco el río nunca
se retrasa demasiado
para acariciar eternamente
el mar que siempre lo acoge
en su infinita y transparente
anchura de sal, espuma y olas.
Y así como las olas tampoco
rompen nunca demasiado tarde
en la orilla al compás de mareas
lunares y magnetismo gravitatorio,
tampoco nos queda demasiado lejos,
ni demasiado tarde amarnos.
¿A qué esperamos para desnudar
sin mediación de camisas el alma,
y querernos desde el corazón?
Nunca es tarde. Todavía no es tarde
para amarnos, humanamente.
1 comentarios:
Un poema precioso que deja ntrever, una vez más, la gran sensibilidad de su autor con la humanidad, la sociedad en la que vivimos y con la naturaleza. Y, todo esto, a pesar de su juventud.
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