NO SE ME OCURREN MUCHAS COSAS
Ahora no se me ocurren
muchas cosas que decirte.
La metáfora es esquiva,
y la lluvia no cae dulcemente
como otros días.
Solo revuelve, a veces, la basura.
Sin embargo, se me ocurre
decirte que te amo.
Callarme con tus labios abiertos
en mi boca como puertas
tempranas al éxtasis de tenerte
conmigo sin recorrer
la distancia a un sueño.
Y pensar con mis ojos
de otra claridad sobre los tuyos.
Y hablar con nuestro silencio.
Y morirme contigo
para el tiempo sea nuestro.
Y detengamos nuestro instante,
aunque solo sea
para quererte mejor.
Ya ves, no se me ocurren
muchas cosas que decirte.
Pero ahora tu belleza
me basta para decirte
que te amo.
Aunque no se me ocurran muchas cosas.
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