QUIERO QUE SEPAS ALGO

QUIERO QUE SEPAS ALGO

Hoy quiero que sepas algo.

Si bien tengo que confesarte

muchas cosas y no estoy seguro

de que unos versos

basten para todo y nada.

En primer lugar, quiero que sepas

que, muchas veces, no sé la forma

de escribir con faltas de ortografía

la muerte que ha de pasarme

o cambiarle el acento de agua

a la lluvia para que baje por fin

por tu cuerpo en nuestro deseo.

En segundo lugar, tampoco conozco

muchas latitudes y muchas naciones

en cuyas fronteras mis besos

no han estampado aún su sello

de amor, belleza o cariño.

Y sé que me falta mucho

para saber lo que quiero del mundo,

hasta el punto de que, quizás,

sea tan difícil como descifrar

todas las gotas del mar.

En tercer lugar, me encanta

la belleza de las sirenas

cuyos cantos dibujan, a veces,

otro mundo con ese oxígeno

especial para las alas

que tanto me hacen falta

para volar y marcharme

de mi instante para ser instante

sin tiempo ni relojes.

Y en cuarto, y último lugar

si es que existe final

para la eternidad de tu instante.

Todo eso es cierto.

Sin embargo, quiero

que sepas algo esta tarde.

El lugar en el que quiero

ahora mismo habitar

son los latidos de tu corazón,

y que me reciban tus senos

cuando necesite recostar

mi cansancio o mi alegría.

Quiero estar en tu lugar.

Ser todos tus sitios.

Buscar el paraíso en tus ojos

sin irme demasiado lejos

a deidades, mitos o cuentos.

Quiero que cuentes conmigo,

y con todas mis cosas.

Y quiero contarte

como algo más

que una estadística.

Quiero que ahora

seamos contigo, amor.