NO SOY MÁS QUE TÚ
No soy más que tú,
ni tú eres menos que yo.
Eres tú, simplemente.
Eres tú, complejamente.
Eres tú como ti misma.
Y eres igual que yo
con mis indecisiones y miedos.
Al ser humano
no se le puede restar,
sumar o multiplicar por cifras
de rentabilidad, cuidados
o roles sociales.
O tal vez sí,
cuando hablo de ti
y hablo de multiplicar los sueños
como el azar en las cartas
cuando algún día
quiere correr libre la suerte.
Y entonces, llego a tus besos.
Y somos igualmente distintos, sí,
mientras sellamos la ternura
en la comisura de nuestros labios.
Y vivo en ti, y vives en mí,
Y estás en mí, y estoy en ti.
Y estamos con nosotros.
Sin que la ciudad nos reste
insignificantemente.
Y seamos como el diluvio
que multiplica las gotas de lluvia.
Eso sí, no multiplicando tempestades
sino caricias.
Yo te lo digo.
No soy más que tú.
Solo soy quien te ama
como tú misma
Como la mujer que amo.
Sin más, ni menos.
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