NO SÉ CUÁNDO ENTENDEREMOS
Ya han pasado siglos
desde que parecimos ilustrarnos.
Sin embargo, las balas
siguen poblando despedidas,
cañones y ciudades muertas
al paso de una tormenta bélica.
Y seguimos llenando
los mismos ríos, mares,
océanos y llanuras
que nos impulsan los barcos,
nos llena de fruta la nevera,
y nos sacian la sed,
de petróleo y otras perlas
algo delétereas sin que nos importe
mucho lo que le suceda
a la Madre de la Primavera.
No sé cuándo entenderemos
que nada nos pertenece,
y que pertenecemos a la total
nada que, a veces, es bellamente
el mundo que nos rodea.
No lo sé, y quizás
tampoco pueda hacer mucho.
Solo amar mejor la lluvia
que me cae ahora en el rostro,
sin taparme demasiado
con algún paraguas.
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