OLVIDEMOS TODO

OLVIDEMOS TODO

Olvidemos todo.

Olvidemos todo

durante solo un rato.

Olvidemos la gravedad

que nos empuja hacia el centro

de un lugar que, tal vez,

no nos guste tanto

como los besos tiernos.

La ciudad de lúgubres faroles

y golondrinas que revolotean

quejumbrosas en los portales

cercanos al cielo de algún balcón

sin ventanas a tus pupilas brillantes.

Olvidemos todo.

Los problemas, los miedos.

Aparquemos las metáforas tristes

en alguno de esos cajones

en los que se puede guardar el mar,

cuando llora demasiado la nostalgia.

Olvidemos todo.

Olvidemos el mundo afuera.

Y abrámonos las almas

de par en par como si fueran

el único Sistema

en que pudieran refulgir

nuestros sueños de querernos.

Olvidemos todo.

Y vayamos durante un rato

hacia nosotros mismos, amor.