TE ECHO DE MENOS
Te echo de menos.
Lo sé porque la lluvia
suena algo más triste
que de costumbre en la ventana.
No contemplo la calma
sosegada de las rocas
a la espera de que atraque
la última posible ola de la marea
en sus pieles de mineral.
Y porque extrañarte
es, a veces, la única manera
de que acudas a mis ganas
de quererte cerca y a besos,
a versos, y a metáforas.
Te echo de menos.
Lo sé porque ahora ocupas
todo lo que soy
mientras te recuerdo.
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