RECORRER TU VOZ
Tu voz, aunque no lo creas,
se anda, y se atraviesa,
y se cruza como una frontera,
y se cruza como una frontera,
y se nada como una piscina,
y se surca como un mar abierto,
y se suspira, y se vuela.
En ella se hallan también
caminos a otras ciudades
distintas de aquellas
en las que las nubes
se estancan en las oficinas,
y los ruiseñores gritan
solo alarmas y malas nuevas.
El silencio susurra fuerte
la música que esconde
la aparente rutina de una espera
en las estaciones
pobladas de adioses,
y tus acordes se me vuelven
miradas de notas diversas
en las pupilas desnudas
de mi alma atenta
a lo que has de serme.
Y créeme, aunque no lo creas,
tu voz, se anda, y se atraviesa,
y se cruza, y se nada, y se surca,
y se suspira, y se vuela.
Déjame tan solo
que me pase
toda la vida recorriéndola.
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