A PANAMÁ VOLARON
Llovieron muchos papeles
en Panamá, y nadie en ese instante
supo que debía seguir llevando
el paraguas fiscal de entonces,
ni taparse tras pantallas
de dudosa sociedad.
La tempestad no avisó
con nubes grises y truenos,
y los ricos no se esperaban
que les cayeran tortas
desde la nube virtual de la Red
o desde otros frentes.
Tampoco es nada grave.
Una bofetada en el culete,
y ya se habrá cumplido,
aunque en Islandia
se le haya helado el puesto
al susodicho del primer ministro.
A Panamá volaron los papeles
verdes, azules y de oro.
Y si nos ponemos tontos,
hasta algunos minolles
en Andazulía también volaron.
La única diferencia
La única diferencia
es que ahora ha llovido.
Y en este caso nadie
se esperaba la tormenta,
ni se había sacado el paraguas
fiscal de la chistera.
Amainará pronto el huracán.
Descuiden, que el de la Guinda
y sus secuaces pronto lo taparán.
Y siempre nos quedará
Gran Hermano para consolarnos
de nuestras miserias cotidianas.
Hasta que escampe, salga el Sol
por el Este y el horizonte,
y los millones sigan volando,
quizás también aún hacia Panamá.
Quien sabe.
Quien sabe.
Con certeza no irán
a parar a mi bolsillo
los millones de Panamá.
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