MÚSICA PARA EL ALMA

martes, 26 de abril de 2016

SEGUIR JUGANDO



SEGUIR JUGANDO

Recuerdo que era posible,
en aquel momento 
en que mis ojos de infante
me permitían cabalgar
sobre las nubes como el aire
por todo el firmamento,
alcanzar los sueños
solo con pensarlos.

La gravedad solo pesaba
los 9,8 m/s2 inútiles
de algún cuaderno.

Pero durante un rato
lo dejé arrinconado
a aquel niño inquieto
en la esquina de mi resignación.

Creía que tenía que seguir
el anodino camino del resto,
que también se había descolgado
de los columpios de la inocencia
para que el tiempo comenzara
a desangrarse con sus almanaques
siempre iguales y monótonos,
sin el cielo en sus días
tristes de tinta.

Déjate los pájaros en casa.
Aquí se viene a ganarse
la existencia: me decían.

No era así. Mi alma me pedía
a gritos que volviera
con aquel niño inquieto
que había dejado a solas,
en aquel rincón de melancolía,
nostalgia y olvido de lo que nunca
he dejado de ser: soñador.

He tardado un poco.
Pero al fin me he dado cuenta
de que todo en la vida se reduce
a seguir jugando.

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