MÚSICA PARA EL ALMA

viernes, 1 de abril de 2016

AMANECÍA COMO NUNCA

 
 
AMANECÍA COMO NUNCA

Te brillaban los ojos, y amanecía,
aunque el cielo se hallara ya
tachonado de estrellas,
y la noche hubiese nacido
como de costumbre
de una tierna muerte vespertina.

Supongo que el amor
te había encendido la mirada.

Y amanecía como nunca.
Sin duda amanecía.

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