ESTÁS DONDE TE PIENSO
No estás donde quiero,
pero sí donde te pienso.
Inundas de besos un momento
mágico de nostalgia,
aunque no me mojen tus ganas
de tu humedad los labios.
Y llueve tu magia de lejos
como una ola de ternura
que nunca acaba de romper
en mis deseos y urgencia
de tenerte entre mis caricias,
llenas solo de tu ausencia
en esta triste tarde.
No estás donde quiero,
pero sí donde no te olvido.
En este poema, por ejemplo,
que te acerca hasta mi puerta,
aunque no llegues a tocarme
la desnudez como quisiera.
Y al final en la metáfora
deban tejerse los puentes habituales
de utopía hacia esos abrazos tuyos,
que me salvarían del invierno
emocional en que me hallo,
cuando no me arropa el verano
de abrasarme de amor contigo.
No estás donde yo quiero,
pero sí donde no te olvido,
pero sí donde te pienso.
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