RECUERDOS MÍOS, TUYOS Y NUESTROS
Yo te recuerdo como la chispa
de belleza que encendía
la poesía en mi triste vida
de cuartos vacíos, y tardes
que se sacrificaban,
consuetudinariamente,
como días que morían
tras la estela de un interminable
y triste ocaso existencial.
Yo no sé cómo me recuerdas tú.
Pero los recuerdos míos,
y tuyos y, por ende, nuestros
siguen rozándome las ganas
en este mismo instante
en que recuerdo cómo
en una mirada sincera y desnuda
nos atravesábamos el alma.
Y todavía no los olvido.
Los amores que nos dábamos
en esos recuerdos míos,
tuyos y, por ende, nuestros.
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