DÉJAME QUE TE TOQUE
Déjame que te toque,
y no me entiendas mal.
No quiero que mis dedos
crucen en este instante tu hermosa
geografía de lujuriosas curvas.
geografía de lujuriosas curvas.
Tampoco pretendo deslizar
mis ganas por tu cuerpo desnudo,
perlado en sudores de rocío.
Déjame que te toquen
mis palabras otra parte
de cuyas siluetas solo saben
los horizontes de nuestro pensamiento,
al echarnos de menos.
Déjame que te toque
el alma desde un recuerdo,
y nos devuelva de nuevo
al poema sutil de querernos.
Déjeme que te toque
el alma de otra manera.
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