Alguien me dijo en una ocasión:
"recórtame la belleza"
como si con tijeras
pudiese cortarse el mar,
reducirse la ternura de un verso de amor,
o arrancarse un pedazo
de primavera de la tierra.
Solo se me ocurrió responderle:
avísame cuando puedas
recortarte el alma.
Solo entonces, recortaré también tu belleza.
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