LUZ
Luz. Siempre queda luz,
aunque todo parezca siempre
una habitación a oscuras
en una ciudad en la que las farolas
sólo reflejan sombras de fantasmas
que duermen asediados por hipotecas,
alquileres, y la subida
de la conversación ante un café.
Luz. Luz siempre queda,
cuando nos queda algo de sol
en la mirada.
En un metro en donde sólo aparecen
luciérnagas vespertinas de agobio.
Y hasta en los túneles
que moran las calles
llenas de melancolía sonriente.
Tan sólo se ha de aprender
a cerrar los ojos
sin quedarse ciegos
a la luz que siempre espera.
Al sol que siempre ansía amanecer
después de la tormenta.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario