ENTENDER TU AUSENCIA
Nadie puede entender la soledad
de una última gota de agua
en la transparencia gris
del aslfato, cuando ha acabado
de llover sobre la tierra.
Así como tampoco nadie
puede comprender por qué
el corazón llora latidos
como golpes mortales
dentro del pecho,
cuando está herido.
Mi soledad tampoco
puedo entenderla yo mismo.
Estoy triste, y no me pregunten
por qué. Contemplo el mediodía,
tal vez, y no atraco en tus ojos.
Será que es triste, en definitiva,
acariciar la ciudad de tu piel
solamente a oscuras.
Y luego entender tu ausencia.
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