MÚSICA PARA EL ALMA

lunes, 27 de agosto de 2012

NO SOY DISTINTO





NO SOY DISTINTO

No soy distinto,
sino diferentemente humano.

Tengo miedo también,
aunque bajo el telón de una metáfora
pueda interpretar la obra
de mis sueños, a veces,
sin más balcones que las palabras.

Y siento, y padezco, y lloro.
Y me atraviesa la tristeza
el corazón como una bala
de aire en el pecho
que todavía hace estallar
pájaros de agua en cada verso.


Tengo poco tiempo, a veces,
también para volar
en la nota de alguna guitarra.

La sangre me consume.
Sé que no hay escapatoria
para mi brevedad humana,
y que la eternidad solo tiene hueco
en algún recuerdo.

Como un artista de trampolines
verbales salto al vacío
de un mar de belleza
sin puentes ni cuerdas:
ahogarse en dogales de ternura
no siempre es tan terrible.

Bellamente maldita la dulzura,
me digo entre dulces sollozos.

Y sigue pesándome la gravedad
de mi anónima crónica de sucesos,
que no son ni de centro,
ni de izquierda ni de derecha.

Que hablan de semáforos en verde
en la inmensidad del universo
para aves de paso como yo
sobre este cielo de gaviotas,
estrofas y silencios.

Y escriben mis lágrimas,
risas y gestos sobre otra página
de polvo en el cosmos.

Ya lo he dicho.
Puede que sea artista,
pero al final en mis bolsillos
de sastre melancólico
cargo lo mismo que todos:
mi alma y mi consciencia
efímera de ser humano.

No soy distinto,
sino diferentemente humano.

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