EL TIEMPO NO ES NADA
El tiempo ahora no es nada
si no lo paso en la hora
de tus besos.
Y llegas solo con un recuerdo
que, de pronto, acaricia
las mejillas de ausencia
del viento, como si de un cuento
tejido de amapolas se tratara.
Lo cierto es que envejezco.
Y no es fantasía.
Tengo los ojos abiertos,
y maduran las horas en la mirada
como la tierra sobre las estaciones.
Y quiero habitar tus meses,
y tus años. Vivirte
sin desvivirte nunca.
Porque el tiempo se muere
demasiado triste,
mientras solo te vivo recordándote.
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