VOLVERÍA HOY A TUS BESOS
Ayer ya es demasiado tarde
para no ser recuerdo.
Aunque aún me queman
tus labios sobre los míos
como el ascua que no deja
de arder después de la llama.
Recorriste mi carne
en un instante, hasta la cima
de un arrumaco
en tu cintura.
Y tocaste desde dentro
mi alma sin el viento
empujando tus caricias.
Estabas tú ayer ahí,
mientras te quería.
Y volvería hoy a tus besos
si fuese posiblemente
eterna la eternidad.
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