COMO LOS PERROS
Hoy, mañana y siempre
quisiera ser amigo.
Y amar, y abrazar, y no contar
los días demasiado triste,
y no dejar de contemplar
la belleza al cambio de silueta
como los perros.
Tirarme al mar sin miedo
a ahogarme en su transparente
y traicionera corriente monosílaba.
A veces femenina, otras veces
masculina o eso dicen
los expertos de la gramática.
Encender la ternura
sin pararme demasiado
a pensar en el efecto
adverso o favorable
de una caricia en la piel.
Como los perros.
Mirar sencillamente.
Mirar simplemente..
Amar sencillamente.
Amar simplemente.
Andar por la ciudad
viendo todas esas otras urbes
que Benedetti contaba
hasta tres y veinte,
y hasta contar contigo.
Y soñar sencillamente.
Soñar simplemente.
Tal vez,
también
como los perros.
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