VUELO SIN LICENCIA
Yo ya no soy un niño.
No existen ya más barcos
de plástico que puedan surcar
sin más contratiempos
la fiereza o calma del mar.
Y soy consciente
de que mi vuelo hacia los sueños
no cuenta con la licencia
de ningún aeropuerto del mundo.
Sin embargo, con la poesía
como tarjeta de embarque
hacia mi alma, y tus ojos,
y la mirada de la belleza
que, a veces, habla más
que lo que dice un silencio
me basta.
Para encontrarme conmigo
al otro lado de un anhelo.
Si puede ser atravesando
esta tarde o noche tus ojos,
y la mirada de la belleza
en un verso de ternura
que diga que contigo
amo mejor la vida.
En un vuelo sin licencia
contigo y el mundo
hacia los sueños.
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