SUENA MI SILENCIO
Ahora suena mi silencio.
Tal vez, me estoy yendo
y viene otra vez la poesía
a ponerle algo de agua
dulce al triste diluvio
de melancolía que corre
por mis mejillas.
Y las nubes quedan
más cerca, porque es posible
mudarse un instante al cielo,
aunque luego el alquiler
de la soledad a largo plaza
salga tan caro como un río
de sangre degradándome.
Suena mi silencio.
Esta tarde llama
la poesía a mi ventana.
Y me asomo a complacerla.
No se calla como de costumbre.
Eso es todo.
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