VENTANAS, PUERTAS, LUGARES, SUEÑOS
Parezco enclaustrado siempre
en una habitación de pájaros
que solo he llegado a dibujar.
En esos momentos, la tristeza
me nubla la mirada
como una tarde de diluvio
la luna delantera sin estrellas
del coche de mi padre.
Sin embargo, el tiempo corre.
Y pienso siempre
que vendrá otro día
a decirme cuán hermoso
puede ser las próximas doce
que marque un reloj.
En mis ojos hay pupilas
que quieren siempre hallar
otras ventanas más allá
de los balcones grises
que pueblan la ciudad.
En mis horas de encierro
en la monotonía hay puertas
a otros lugares diferentes
a los que ocultan los cristales
ahumados de las oficinas
con demasiados relojes
y tiempo que se tira
en las papeleras de algún sueldo.
Y en mi mente hay sueños
que precisan, necesita, urgen
saltar a otros puentes sin agarres,
y a otros saltos sin paracaídas
ni arneses de miedo
o falsa seguridad.
Sin duda, cuando miro
desde mis pupilas
sé que hay siempre ventanas,
puertas, lugares y sueños
tras el horizonte que ven
mis ojos mundanos.
A otros balcones, habitaciones,
y sitios donde los sueños
se columpian, y se anda
el mar en sandalias.
Sueño, pese a la tristeza,
sueño mucho
con ventanas,
puertas,
lugares,
sueños...